Historia de las tecnologías del sonido en el cine (IV). Cambios en los modos de producción, rodaje y edición (1930-1939)


En plena época de vorágine de cambios por la adaptación al sonoro de los grandes estudios, la forma de producir los filmes en Hollywood se ve afectada a todos los niveles por el empleo de la nueva tecnología sonora. En sendos artículos, Barry Salt (1976) y Rick Altman (1980) desgranan muchos de los principales inconvenientes de tipo técnico que debe afrontar la industria cinematográfica en estos años de transición.

Un primer problema que destaca Altman hace referencia a la deficiente microfonía disponible a principios de la década de 1930. Se usaban micrófonos de carbón y condensador no direccionales, que requerían de amplificación cercana, frágiles y sensibles al viento y a otros ruidos. Como no era posible combinar diálogos y música a posteriori, por la pérdida de calidad durante la mezcla, se grababa la música primero y luego se reproducía en diferido (playback) durante la filmación. Además, como añade Salt, los cortes plano/contraplano de la imagen se habían de supeditar al mejor punto de corte sonoro, el dialogue cutting point.

En la grabación en exteriores el problema no era muy distinto. A pesar de los nuevos micrófonos direccionales de cinta que hacen su aparición en estos años, éstos seguían recogiendo el ruido del viento, incluso más que los de carbón y condensador. Además, como apunta Altman (1992), los micrófonos se veían en los planos medios, por lo que en el rodaje se esperaba a estos encuadres para que los personajes ejecutaran las acciones que no requerían sonido, en tanto que los diálogos se pronunciaban en planos más cercanos, para que el micrófono quedara fuera del plano.

El añadido del sonido causaba problemas para la edición en continuidad, haciendo más difícil acabar planos y conectarlos unos con otros de manera transparente. Otro elemento de continuidad, el acompañamiento musical, también cayó en desuso. En consecuencia, uno de los siguientes pasos a dar debía ser individualizar en lo posible los componentes de la banda sonora, de manera que no fuera necesario grabar en vivo la música y los efectos de sonido durante el rodaje, y pudieran resincronizarse después a la imagen.


Moviola sonora y otras innovaciones técnicas

La respuesta a esta necesidad vino en los primeros años de la década de 1930, con el desarrollo de la Moviola sonora para la edición. Ésta se sincronizaba con la Moviola de imagen, empleando un cabezal fotoeléctrico para la lectura. La posición exacta de un sonido respecto a la imagen podía ahora moverse manualmente, y ajustarse con precisión.  

Con la Moviola sonora, el sonido se segmenta, se encabalga sobre cortes de plano para disimular su discontinuidad, y se mejora la inteligibilidad del diálogo elevando su volumen. Además, en 1932 se introduce la numeración en los bordes de la película, lo cual facilitaba enormemente la localización y la edición rápida (Salt, 1976).

Con la libertad en edición que otorga la Moviola sonora, y el empleo de micrófonos altamente direccionales, que se colocan en el extremo de largas pértigas que persiguen a los actores en busca de la mejor toma, la industria de Hollywood trata de hacer partícipe al sonido del mismo modo de representación transparente que había caracterizado a la etapa clásica. Muchos de los avances técnicos que se suceden responden, por tanto, a un intento de borrado de las huellas de la presencia de la tecnología que hace posible el sonido.

A modo de recapitulación, repasemos una lista de algunas de las mejoras técnicas que se suceden entre 1930 y 1939 (Salt, 1976; Altman, 1980; Sergi, 2004):
  • A principios de la década, el formato de sonido óptico sobre película (sound-on-film) se adopta como estándar definitivo en la distribución de los filmes sonoros.
  • El entorno del estudio se hace más silencioso debido al empleo de luces incandescentes, y al aislamiento de los dispositivos de filmación en cámaras móviles insonorizadas.
  • Hasta 1932 era raro que música y diálogos aparecieran al mismo tiempo en una secuencia, excepto si se grababan a la vez. Esto se resuelve en 1933. Al usar varios micrófonos simultáneamente durante el rodaje ya no es necesario premezclarlos previamente a ser grabados, pues las mejoras en los dispositivos de mezcla permiten hacer ajustes con posterioridad sin excesiva pérdida de calidad.
  • Desde 1930, los nuevos modelos de micrófonos eran más ligeros y compactos, no requerían amplificación cercana, y podían montarse en soportes y moverse en silencio. Al encontrarse siempre a una distancia similar de las bocas de los personajes, minimizaban las huellas del entorno de grabación, como la reverberación, el tamaño de la sala, los giros del actor, los cambios de volumen y frecuencia, etc. (Altman, 1992a)
  • Para exteriores, se emplean micrófonos de condensador ultradireccionales dentro de un reflector parabólico. Este avance sirve para reducir el ruido asociado al lugar de rodaje, y mejorar la inteligibilidad de las voces.
  • Se producen mejoras continuas en la exposición y control del proceso de revelado del negativo, en los circuitos de amplificación, en la mecánica de las cámaras, etc.
  • A finales de la década de 1930, el sistema RCA permite pistas de sonido dobles. Esto significa la posibilidad de hacer grabaciones multicanal de música ya desde 1938. Los filmes musicales son los grandes beneficiados, pues ahora podían construirse a partir de interpretaciones pregrabadas y pistas de acompañamiento.
  • Como consecuencia de todos los desarrollos anteriores, la longitud media de plano (A.S.L. o “Average Shot Length”) pudo reducirse hasta aproximadamente 6 segundos, ya que la tecnología ahora permite una mayor libertad en la edición. Muchos directores deseaban alcanzar la cifra de 5 segundos, común a mediados de 1920. En 1939 cambia de nuevo la tendencia, volviendo a tiempos de duraciones de plano más largas.
  • Con el objetivo de lograr una estandarización de los sistemas de grabación y reproducción de audio, en 1938 se llegó a un acuerdo entre productores y propietarios de las salas para adoptar una curva de respuesta en frecuencia común para la reproducción de sonido en los locales de exhibición cinematográfica de todo el mundo. Se la llamó la “Curva de la Academia” (Academy Curve), y se mantendría vigente hasta bien entrada la década de 1970 (Sergi, 2004: 14). Esta curva establecía el filtrado de buena parte de las altas frecuencias en reproducción, limitando en lo efectivo la calidad sonora, que en la mayoría de cines no era mucho mejor que la del sonido telefónico. La estandarización se consiguió, pero trajo consigo el freno a cualquier posibilidad de innovación durante las décadas siguientes. 

REFERENCIAS

Altman, Rick (1980). “The Evolution of Sound Technology”. En “Cinema/Sound”, Yale French Studies, nº 60. Reimpreso en Film Sound, eds. Elisabeth Weis y John Belton, 44-53. New York: Columbia University Press.

Altman, Rick, ed. (1992). Sound Theory Sound Practice. New York: Routledge.

Altman, Rick (1992a). "Sound Space". En Sound Theory Sound Practice, ed. Rick Altman, 46-64. New York: Routledge.

Salt, Barry (1976). “FilmStyle and Technology in the Thirties”. Film Quaterly, 30, nº 1 (Fall 1976), 19-32.

Sergi, Gianluca (2004). The Dolby era. Film Sound in Contemporary Hollywood. Manchester & New York: Manchester University Press.

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