Antropología y cultura sonora. Embalsamando voces para la eternidad

En la parte final de The Audible Past, Jonathan Sterne centra su reflexión en la historia del pasado audible en sí mismo, es decir, en la posibilidad de utilizar las tecnologías de grabación del sonido como medios de archivo histórico, con las que generar documentos sonoros que conserven la voz humana más allá de la muerte del individuo. Esta capacidad para preservar las “voces de los muertos” situaba al sonido como algo exterior, que podía existir sin la presencia del cuerpo; un efecto o fuerza en el mundo, en lugar de una manifestación corporal.

Paradójicamente, en los primeros tiempos de la grabación (finales del siglo XIX), los soportes físicos que se usaban (cilindros de aluminio, discos de cera) apenas permitían unas pocas reproducciones antes de deteriorarse inexorablemente y quedar inservibles.  El objetivo de convertir esas primeras grabaciones en garantes para la preservación transgeneracional de "voces separadas de sus cuerpos", tardaría aún algunos años en ser efectivo en la práctica.

El mito de Eco

No sé si puede considerarse como una muestra más del sesgo hacia lo visual frente a lo sonoro de nuestra cultura occidental, o quizá simplemente una prueba de mi desconocimiento de la mitología clásica... Sea como fuere, la cuestión es que no hace mucho tiempo que descubrí algo que, no me importa reconocer, ignoraba completamente. En la versión del poeta latino Ovidio del famoso mito de Narciso (recordemos, el joven hijo de dios y ninfa, cuya hermosura era tal que no debía nunca contemplar su propia imagen, pues moriría), interviene también de forma decisiva una protagonista femenina algo más anónima, pero cuyo nombre nos resulta muy familiar a todos los audiófilos: Eco.

Historia de las tecnologías del sonido en el cine (II). Los orígenes del sonido cinematográfico (1895-1927)


A mediados del siglo XIX, la Western Union se había establecido como la primera gran corporación moderna en los EEUU, y era la industria telegráfica la que impulsaba la mayor parte de la investigación en tecnologías del sonido en la comunicación. En este contexto económico e industrial en cambio continuo, En su artículo de 1976 "The Coming of the Talkies: Invention, Innovation, and Diffusion", Douglas Gomery plantea la llegada del sonido al cine como un proceso de transformación gradual en tres momentos: invención, innovación y difusión. En cada uno de ellos intervendrían diferentes agentes.

La grabación de diálogos: ¿perspectiva naturalista o realismo psicológico?

Con la llegada del sonido sincronizado al cine a finales de la década de 1920, surgió entre los técnicos de la época un debate esencial sobre cómo afrontar la grabación simultánea de sonido e imagen: ¿qué relación debía establecerse entre la escala de la imagen y la escala del sonido?

Dicho de otra manera: ¿debía reflejar la banda sonora, mediante cambios de volumen y timbre, la posición espacial más o menos cercana de los actores al pasar, por ejemplo, de un primer plano a un plano general en el transcurso de una conversación, como ocurriría en la vida real ("perspectiva naturalista")? ¿O, por el contrario, se había de hacer primar la comprensión, inteligibilidad y continuidad de los diálogos por encima de cualquier otro factor, que es lo que Laurent Jullier (2007: 35) refiere como "realismo psicológico"?

Historia de las tecnologías del sonido en el cine (I). Aspectos historiográficos


Quiero comenzar con esta entrada una serie de artículos en los que haré un repaso cronológico por las distintas tecnologías sonoras que han acompañado al cinematógrafo, desde sus mismos orígenes en las postrimerías del siglo XIX. Tecnologías que configuran un devenir histórico caracterizado por su no linealidad, en el que la introducción y, sobre todo, la consolidación de nuevos formatos de grabación y reproducción sonora ha sido lenta y difícil, con varias vueltas atrás, idas y venidas. Un recorrido tecnológico en el que, por supuesto, no podremos obviar el marco social, económico e industrial en que tiene lugar la introducción de los nuevos dispositivos sonoros ni, como tampoco podía ser de otra manera, las implicaciones que estos cambios técnicos han tenido de una forma directa e inmediata sobre la estética y las formas de hacer cine.

La verdadera fuerza del cine, según Andrei Tarkovsky


"¿Por qué va la gente al cine? ¿Qué les lleva a una sala oscura, donde durante dos horas pueden observar en la pantalla un juego de sombras? ¿Van buscando el entretenimiento, la distracción? ¿Es que necesitan una forma especial de narcótico? […] Normalmente, el público va al cine por el tiempo perdido, fugado o aún no obtenido. Va al cine buscando experiencia de la vida, porque precisamente el cine amplía, enriquece y profundiza la experiencia fáctica del hombre mucho más que cualquier otro arte; es más, no sólo la enriquece, sino que la extiende considerablemente, por decirlo de algún modo. Aquí, y no en las «estrellas», ni en los temas ya gastados ni en la distracción: aquí reside la verdadera fuerza del cine". (Tarkovsky, 1991: 84)