Historia de las tecnologías del sonido en el cine (VI). El problema del idioma: filmes multilenguaje y doblaje (1930-1939)

Con la llegada del sonoro, la voz adquirió una importancia central en la estética fílmica, al tiempo que trajo un nuevo inconveniente: la traducción de los diálogos. Un problema que la industria cinematográfica trató de solucionar a través de varias fórmulas: el rodaje de versiones múltiples de los filmes en distintas lenguas, el subtitulado y, finalmente, el doblaje. El objetivo era plantear un tipo de cine que lograra el equilibrio entre lo que demandaba el mercado y la especificidad cultural de cada nación. En palabras de Laura Mulvey,  “un cine que trascendiera la fragmentación de la cultura. Este cine integraría la voz dentro del espectáculo” (Mulvey, 2007: 15).

Evidentemente, detrás de este movimiento de la industria de Hollywood no primaban intereses culturales, sino eminentemente económicos. Durante la Primera Guerra Mundial, el equilibrio entre las industrias cinematográficas europea y norteamericana se había visto modificado, y las películas norteamericanas comenzaban a tomar un papel dominante en los cines del viejo continente.  

Para las productoras norteamericanas, el mercado europeo era esencial en su estrategia de beneficios. En datos de Durovicova (1992: 139), en 1929 el mercado internacional suponía para los grandes estudios de Hollywood entre el 35% y el 40% de sus beneficios totales.  La maquinaria de contar historias que era Hollywood había ayudado a extender por todo el mundo una cultura del entretenimiento, que estaba muy enraizada con los ideales americanos de libertad y modernidad.

La industria cinematográfica europea vivía entre la tensión de los intereses contrapuestos de los productores y los exhibidores. Estos últimos se guiaban por los gustos de la audiencia, que prefería el cine norteamericano. Además, dudaban de que las productoras europeas pudieran estrenar lo suficiente como para llenar la cartelera sin recurrir a las películas hollywoodienses. A pesar de las medidas proteccionistas impuestas en la mayoría de países del mundo hacia el cine norteamericano, las películas de Hollywood ocupaban entre el 50% y el 85% de la cuota de mercado y las salas de exhibición (Durovicova, 1992: 140).

Ante la evidencia de que, con el cine sonoro, los públicos europeos necesitarían películas en las que los actores hablaran sus lenguas, se empezaron a producir filmes con versiones en múltiples idiomas. Este conjunto de filmes, conocidos en la terminología anglosajona como foreign language versions (FLVs), es decir, “versiones en lenguajes extranjeros”, eran normalmente adaptaciones de un original norteamericano, que se filmaba varias veces, en distintos idiomas, empleando en cada caso actores que hablaran con fluidez la lengua para la que se rodaba la versión. El siguiente fragmento del documental El amanecer del sonido: Cómo las películas aprendieron a hablar ('The Dawn of Sound: How Movies Learned to Talk', 2007) ilustra muy bien esta práctica:



A finales de 1928, Metro-Goldwyn-Mayer y Universal comienzan a importar actores y directores, sobre todo desde Francia y Alemania, para rodar versiones múltiples de sus filmes. Al mismo tiempo, y con semejante propósito, Paramount invierte en crear unos estudios propios en Joinville, a las afueras de París. De cada producción se hacían entre tres y catorce adaptaciones en distintos idiomas, a partir de los filmes originales americanos, cuyo découpage servía de guía a imitar en la recreación.

Bela Lugosi y Carlos Villarías interpretando a Drácula en la versión americana e hispana del filme de 1931
















Sin embargo, como afirman Durovicova (1992) y Williams (1992), surge un problema de difícil resolución: hacer compatible el espacio lingüístico del filme con el espacio social representado, esto es, ese conjunto de valores comunes y propios de una determinada cultura, que van más allá del uso de un idioma u otro en los diálogos. La palabra hablada introducía un elemento de especificidad social y cultural en la narrativa, al contrario que pasaba con los intertítulos, a los que cada espectador podía poner su propia voz.

En conjunto, los filmes multilenguaje constituyen un período de transición de muy poca duración, que podemos circunscribir entre 1929 y 1933, aproximadamente. Tras su rápido fracaso, y después de algunos experimentos sin éxito con sistemas de retroproyección por parte de RKO y Paramount, el uso del doblaje de voces se convierte desde 1933 en el método estandarizado para la difusión internacional de los filmes de Hollywood hasta nuestros días.


REFERENCIAS

Durovicova, Natasa (1992). "Translating America: The Hollywood Multilinguals 1929-1933". En Sound Theory Sound Practice, ed. Rick Altman, 138-153. New York: Routledge.

Mulvey, Laura (2007). “Cinema, Sync Sound and Europe 1929: Reflections of Coincidence”. En Soundscape. The School of Sound  Lectures 1998-2001, eds. Larry Sider, Diane Freeman y Jerry Sider, 15-27. London: Wallflower Press.

Williams, Alan (1992). "Historical and Theoretical Issues in the Coming of Recorded Sound to the Cinema". En Sound Theory Sound Practice, ed. Rick Altman, 126-137. New York: Routledge.

5 comentarios:

  1. ¡¡Hola Jorge !! ¡¡nos tienes abandonados a los que nos hemos enganchado a este interesantisimo blog !! esperamos que vuelva pronto !! un saludo !

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  2. Hola pRIMUX. Gracias por tus palabras. Y bien que lo siento :( Desde que doblo entre mi trabajo diario y las clases en la universidad he tenido que aparcar soundsthetics por completa falta de tiempo. A finales de este mes acaba el curso académico, y espero volver a retomar este proyecto que, además, me gusta mucho. Un abrazo.

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  3. Jorge!!! Vuelve!! Su blog estaba genial :(

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  4. Muchas gracias por los comentarios. Por ahora no tengo previsto retomar el blog, pero nunca se sabe.

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